A veces ansiamos un mundo mejor donde no participen las injusticias, la desidia, el egoísmo, la violencia, el irrespeto, la in- tolerancia, el odio y la avaricia pero, ¿te has puesto a pensar qué estamos hacien- do para desterrar de raíz estos males que pueden estar coexistiendo junto a nosotros, en el micro-mundo del hogar que tenemos a nuestro alcance, y del cual somos más protagonistas de lo que creemos? ¿Qué tan conscientes somos de que haciendo de nuestro metro cuadrado un lugar de justi- cia, armonía y felicidad, es que podemos ir alcanzando ese mundo mejor?
Por Orlando Barbán
En el tiempo de la gracia te escucho, en el día de la salvación te ayudo. Pues mirad: ahora es el tiempo de la gracia, ahora es el día de la salvación. (2 Cor 13,12)
“La verdad del matrimonio y de la familia, que hunde sus raíces en la verdad del hombre, se ha hecho realidad en la historia de la salvación, en cuyo centro están las palabras
. En efecto, la revelación bíblica es, ante todo, expresión de una historia de amor, la historia de la alianza de Dios con los hombres; por eso, la historia del amor y de la unión de un hombre y de una mujer en la alianza del matrimonio pudo ser asumida por Dios como símbolo de la historia de la salvación”.
“El matrimonio y la familia no son, en realidad, una construcción sociológica casual, fruto de situaciones históricas y económicas particulares. Al contrario, la cuestión de la correcta relación entre el hombre y la mujer, hunde sus raíces en la esencia más profunda del ser humano y sólo a partir de ella puede encontrar su respuesta”.
Carta al cardenal presidente del Consejo Pontificio para la Familia convocando el V Encuentro Mundial de las Familias, 17 de mayo de 2005 (ECCLESIA, nº 3.260)
Carta al cardenal presidente del Consejo Pontificio para la Familia convocando el V Encuentro Mundial de las Familias, 17 de mayo de 2005 (ECCLESIA, nº 3.260)

